Da igual cuándo leas esto

Sonando: Wrapped up in books (Belle and Sebastian)

Es 23 de abril de 2020 cuando escribo estas líneas y no sé si lo hago por no poder resistirme a ello, siendo el día que es, o porque siendo el día que es hay un halo que invita a escribir e invita a leer.

Sea como fuere, aquí me hallo, pluma en mano… Bueno, ya le gustaría a mi alma romántica empedernida estar yo empuñando una pluma de las de antaño; en realidad debería decir que aquí me hallo, presionando las teclas cuadradas de mi cuadrado teclado, que tampoco es cuadrado sino rectangular… ¡Ay! Esta modernidad de este Mundo Moderno va a acabar conmigo antes de que yo misma lo trate de hacer, en un último alegato por el Romanticismo que murió con Baudelaire…

Un libro me hace libre. Y mientras libro mi batalla, leo libros, libres, que no liebres, o sí, quién sabe, que pocas cosas corren igual por mí, a muchos niveles, que un libro, libre, rápido como una liebre. Filigranas y florituras que no habrían sido liberadas de no ser por un buen puñado de libros, y, en efecto, por una mente también libre y una lengua castellana que, esa sí, libró una y mil batallas, una a una, cada día, y aún hoy, todavía, resistiendo con ahínco, de este nuestro feroz Mundo Moderno, sus presiones obstinadas.

Me pregunto si somos lo que leemos y sabemos lo que hemos leído. Quizá sea preciso un matiz: de nada sirve leer por querer saber, si por querer saber nos aferramos a leer y nos olvidamos de vivir. Supongo que todo es parte de un mismo proceso… Leer por saber, pero sin vivir, sería la ingesta de palabras vacías por dentro; vivir, sin saber lo que te enseña leer, sería escuchar, en bucle, una preciosa canción sin letra y sin tempo.

No escribo esto con pluma pero sí lo hago con tecla y, de hecho, qué más da con qué lo escriba mientras lo que escriba se lea. Y no sé, si no leo y si no vivo; y no vivo, si no sé porque no leo. Así que, he aquí un consejo, amigo mío: hazte un regalo hoy mismo, libera tu espíritu, tu mente y tu cuerpo. Lee un libro y correrá por ti como una liebre, y como una liebre serás libre. Da igual cuándo leas esto.

Pronto más regaliz para dos, amigos.